Las medidas de prevención y protección contra incendios para empresas son lineamientos imprescindibles a tener en cuenta para la ejecución de un proyecto. A su vez, es una de las principales preocupaciones de una gran cantidad de empresarios.
Para obtener seguridad laboral y reducir los márgenes de siniestralidad, no es suficiente con que los empleados acudan a seminarios de prevención y protección contra ellos. Deben tener conocimiento de cómo actuar en estos casos, sí, pero es responsabilidad de los profesionales encargados de realizar la obra (arquitecto e ingenieros) garantizar las medidas básicas contra incendios en su construcción, así como la presencia de las herramientas de prevención, detección, alerta y extinción del fuego.
Se denominan medidas de protección contra incendios para empresas al compuesto de normas existentes de las edificaciones para su resguardo. Estos siniestros traen consigo pérdidas materiales, bienes y en el peor de los escenarios, vidas.
Medidas de protección contra incendios para empresas: objetivos
Usualmente, las medidas tienen tres objetivos claros:
- Salvar vidas humanas
- Disminuir los daños ocasionados
- Lograr reanudar las actividades para las cuales se le da uso al edificio
Tipos de medidas de protección para empresas
Cada empresa es un mundo, razón por la cual hay que desarrollar planes de autoprotección contra incendios personalizados y usar la innovación contra el incendios. Sin embargo, las medidas esenciales de protección en empresas pueden dividirse en dos tipos:
Medidas pasivas ante incendios en empresas
Las medidas de protección pasivas contra incendios para empresas van intrínsecamente unidas al proceso constructivo, con el fin de agilizar la evacuación de los presentes en caso de incendio. Esto se logra diseñando de forma intuitiva, asegurándose de la existencia de:
- Caminos (pasillos y escaleras) de amplitud suficiente
- Salidas de emergencia
- Consideración de las distancias máximas a recorrer hasta llegar a un lugar seguro
- Apertura de las puertas en sentido de la evacuación o hacia afuera (especialmente en lugares de gran aglomeración de personas). Esto se hace para facilitar el escape en caso de que muchas personas intenten salir de un lugar al mismo tiempo
- Escaleras con pasamanos
- Revestimiento de paredes, suelo y techo con materiales incombustibles
Para frenar la velocidad de propagación de las llamas, el edificio es segmentado en sectores de incendio de tamaños máximos en específico, zonas delimitadas por paredes, techo, suelo y puertas de cierta resistencia al fuego. En la evacuación, ir de un sector a otro, es pasar a un sitio más seguro. Cuando ocurre un incendio, el edificio en su totalidad es considerado un sector de incendio para prevenir que las flamas lleguen a los edificios contiguos.
El gremio de bomberos que se encuentra en la Asociación Profesional de Técnicos de Bomberos o APTB, hace énfasis en señalar que; en caso de incendio es de suma importancia el acto de literalmente cerrarle las puertas al fuego.
Incluso, las pruebas hechas por técnicos de extinción son muy demostrativas, en ellas se muestra cómo se salvan personas que se resguardaron en su dormitorio manteniendo la puerta cerrada, a la vez que el resto del domicilio era devastado por completo.
Es un hecho histórico que tras el incendio de Roma, en su reconstrucción, Nerón impuso que el levantamiento de los muros divisorios entre las viviendas o medianeras, fuesen hechos de piedra como medida preventiva si se presentase un acontecimiento similar nuevamente. Esta obra es el primer antecedente del que se tiene conocimiento en cuanto a sectores de incendio se refiere.
Medidas activas de protección contra el fuego en empresas
Consisten en la instalación de los instrumentos necesarios de extinción de fuego, como por ejemplo:
- Detectores de humo, calor y timbres de emergencia
- Alerta, señalización, lámparas de emergencia
- Extintores de agua, polvo, nieve o los que se dictaminen
- Presurización de las escaleras: Con esto se busca evitar que el humo viaje a través de la misma, cuya función principal es fungir como vía de escape
Los medios activos quizá sean más perceptibles para el usuario regular, dándole la opción de seguir o accionar cualquiera de ellos cuando sea necesario. Del mismo modo, es fundamental la práctica de simulacros contra incendios con el fin de preparar al personal ante un siniestro como este, y la designación de uno o más encargados de dirigir el desalojo.
Cuando se incendia una construcción, sin dudas los daños materiales son significativos, pero la pérdida de vidas humanas trasciende más allá de lo catastrófico. Por eso es importante que las medidas básicas para la protección de incendios se mantengan actualizadas y se rijan por las normativas y reglamentos vigentes.
Un ejemplo de ello pudiese ser el incendio del edificio Windsor en Madrid, dónde afortunadamente, los daños fueron exclusivamente materiales y no se perdió ninguna vida.
Extintores: Instalación, tipos y mangueras
Un referente internacional de las normas de protección contra incendios es el Reglamento de Instalaciones de Protección Contra Incendios, conocido como RIPCI. En su capítulo III, el mismo establece que en las edificaciones superiores a los 100 m2, los extintores deben ser instalados por compañías de sistemas de protección contra incendios.
También indica que deben estar ubicados cerca de las salidas de emergencia y en los sitios con mayor peligro de incendio. Asimismo, deben estar correctamente señalizados, ser visibles, y fácilmente alcanzables.
Tipos de fuego y medidas de protección en empresas
Para cada tipo de fuego existe un extintor adecuado. Por esta razón, cada empresa que quiera cumplir con una protección básica contra incendios debe tener los que más se adapten a los materiales que se encuentren en sus establecimientos. A continuación, explicamos lo dicho con más detalle:
Fuegos sólidos o de clase A
Son los que despojan desechos como brazas o cenizas. Se alimentan de materiales como el papel, cartón, plásticos, entre algunos otros más. El extintor indicado para esta especie de fuego es el de polvo. Este apaga las llamas por sofocación y debido a su amplio espectro, su presencia es una de las más habituales.
Fuegos de líquidos inflamables o de clase B
Son aquellos cuyo origen es de combustibles líquidos, aceites vegetales, alcoholes, cera o algún derivado más del petróleo. Igualmente, estos deben ser atacados con extintores de polvo o espuma física.
Fuegos de gases inflamables o tipo C
Son llamas propias de los elementos gaseosos así como el butano, propano, y metano. También se alimenta de componentes de informática o electrodomésticos. Esta clase de fuego es particularmente volátil debido a la naturaleza de los gases, y lo más apropiado es extinguirlo con dióxido de carbono, o también conocidos por su fórmula química, extintores de CO2. Estos son más endebles con su entorno, causan menos residuos a su paso en comparación con los otros, dejando la posibilidad de rescatar los bienes hasta cierto punto.
Fuegos de metales combustibles o clase D
Los fuegos de este tipo son muy agresivos y pueden generar deflagraciones (combustiones súbitas). Se hallan en metales alcalinos, alcalinos térreos y polvos metálicos. Su erosión es muy violenta e intensa, emanando una fuerte radiación calórica. Es crucial no utilizar nunca agua para apaciguarlo debido a su respuesta mordaz ante la sustancia. Los extintores de polvo son lo ideal para los fuegos metálicos.
En todos los tipos de extintores mencionados, la manguera tiene que ser plana y semirrígida.
En cada país existe un manual que dicta estos parámetros, aunque las nombradas anteriormente son las principales medidas seguidas a nivel mundial. Es de vital importancia que los sistemas de protección contra incendios sean verificados anualmente por la seguridad de todos, comunicándolo previamente al departamento de bomberos para evitar salidas en falso de su parte.
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